jueves, 6 de febrero de 2014

LOS OLVIDADOS JÓVENES HÉROES DE PUEBLA

LOS OLVIDADOS JÓVENES HÉROES DE PUEBLA

Dedico este libro a todos los mexicanos en quienes no haya muerto la noción de Patria y que noblemente enlazan esta idea con la de libertad, y de abnegación”
Francisco I. Madero




Fotos:Don Quijote, revista mensual estudiantil del Colegio del Estado. Tomo II, número 18, 3 de noviembre y  El Colegio del Estado de Puebla de Alberto Pérez Peña, 1925

 A unos días de la conmemoración de los cien años de la Revolución Mexicana, la memoria de muchos héroes está en el olvido. La historia Oficial y el imaginario popular  aclaman a hombres como Madero, Villa, Zapata, Pino Suárez,  Carmen, Aquiles y Máximo Serdán, Ricardo y Enrique Flores Magón, entre otros, dándoles toda o la mayoría de la gloria de este movimiento tan importante y reciente en la historia de México.
Marco Aurelio Larios, del Departamento de Estudios Literarios perteneciente al Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, menciona en su texto “El substrato en la narrativa mexicana de los siglos XIX y XX”: “en el siglo XX, la prolongada dictadura de Porfirio Díaz provoca en 1910 el estallido revolucionario de los mexicanos, una lucha armada que involucra a todas las clases sociales del país y une los extremos.”
El libro “La Sucesión Presidencial”  escrito por Francisco I. Madero -hijo de un terrateniente de Coahuila-  fue la voz de un pueblo que clamaba justicia en silencio. Francisco era un hombre culto, humano, que estaba dispuesto a cambiar la deplorable situación de los campesinos en el porfiriato. 
Doralicia Carmona Dávila, catedrática en Historia de la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM comenta: “A partir del 22 de enero de 1909, el libro comenzó a ser repartido entre los políticos más destacados del país, a los estados de la República e incluso al general Porfirio Díaz, quien no dio importancia alguna ni al libro y mucho menos a su autor”
Por ese tiempo, en Puebla había gran efervescencia política. Los hermanos Máximo, Carmen y Aquiles Serdán, originarios de Puebla, apoyan la causa de Madero. Aquiles fundó el club “Luz y Progreso” que se convierte en la cabecilla del movimiento maderista en la región. Días después se levantan otros clubes formando una competencia en el liderazgo anti reeleccionista poblano.
Atenedoro Gámez dice ante este surgimiento de núcleos revolucionarios: "Cumplida su misión en el terreno del voto, no todos fueron al campo de la lucha armada, como antes no todos quisieron hacerse protagonistas de crónicas sensacionales, que fue lo que distinguió a Luz y Progreso, convertido en su oportunidad en Junta Revolucionaria"
Gámez  comenta que Aquiles consiguió algo espectacular que otras agrupaciones no lograron: que los estudiantes del Colegio del Estado, de la Escuela Normal y la Universidad Católica siguieran una causa común, luchar con los anti reeleccionistas.
Humberto Sotelo Mendoza  investigador de la BUAP (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla) considera este movimiento de incorporar a uno de los sectores más distinguidos y apreciados por la sociedad poblana, como una jugada maestra. “En esa época ser estudiante —y particularmente estudiante del Colegio del Estado— era un verdadero privilegio, dado que muy pocos grupos sociales podían darse ese lujo” 



“¡Los estudiantes están con el Pueblo! ¡Los estudiantes están con el pueblo!” Fue el grito que dio Serdán por las calles de la ciudad cuando varios planteles de alumnados se le unieron, según cuentan las crónicas.
El 14 de mayo de 1910 Francisco I. Madero visitó Puebla. Fue todo un fenómeno social.
En la obra de Gustavo Abel Hernández y José Doger, Historia de la Universidad de Puebla (1910-1937) Batallas por la dignidad y la esperanza, se narra la acogida que se dio a Madero.
Raymundo García García, Investigador de la Facultad de derecho y Ciencias Sociales de la BUAP opina: “Madero tiene una recepción muy entusiasta en la estación de ferrocarril, convocada por la activa y combativa Mesa Directiva de la Sociedad de Alumnos del Colegio del Estado de Puebla el 14 de mayo de 1910 en el Jardín del Barrio de Santiago, encabezada por Salvador Guzmán, Alfonso G. Alarcón y Luis Sánchez Pontón, seguidos de estudiantes del Carolino, Instituto Madero, Universidad Católica y Seminario.
Sotelo menciona que “Los estudiantes decidieron tomar el estandarte de la institución, a efecto de enarbolarlo en las jornadas de lucha que habrían de presentarse”
El gobernador Mucio P. Martínez no vio con buenos ojos esta euforia estudiantil en pro del candidato revolucionario.  En cuanto Madero partió a Veracruz, encabezó una feroz persecución contra los anti reeleccionistas.
Cuando el régimen consumó el fraude electoral hacia la candidatura de Madero y surgida la ola de protestas, Serdán convocó a los anti reeleccionistas de la entidad para exigir la anulación de las elecciones. Y una gran manifestación el 7 de julio de 1910 en la Plazuela de San José, donde los estudiantes y el pueblo en general desafiaron la prohibición del gobernador de hacer la marcha.
El investigador Sotelo escribe: “Esa noche, el odiado jefe policiaco Miguel Cabrera y sus oficiales emprendieron una feroz represión contra los manifestantes, y, sin distingo alguno, arremetieron con saña contra mujeres, ancianos y niños, dejando una estela de muerte y desolación”
Alfonso G. Alarcón y Luis Sánchez Pontón, líderes influyentes del movimiento, fueron aprehendidos ese día.
Ante este crimen, los estudiantes respondían con estas frases: "Apenas hay dos en la cárcel, faltamos todavía muchos" "No por eso varían nuestras ideas, como no variará la cárcel las de nuestros susodichos compañeros..."
Atenedoro Gámez observa: "Fue entonces que la juventud poblana dio el espectáculo de virilidad juvenil más emocionante y enternecedor que consignan los fastos de nuestra historia y que sigue en heroísmo a aquel otro, más brillante pero no menos abnegado de los jóvenes cadetes de Chapultepec
Pocos meses después de la muerte los hermanos Serdán por seguir su ideal, se inició la epopeya nacional del siglo XX: la Revolución Mexicana.
Sin duda uno de los muchos capítulos de nuestra heroica historia que sigue en el olvido nacional y que debería- por su importancia histórica, social y política- ser honrada por el costo y los resultados que tuvo.








No hay comentarios:

Publicar un comentario